EL HUEVO EN LA DIETA

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Mitos y beneficios del huevo

El huevo es uno de los alimentos que con más frecuencia tenemos miedo de incluir en nuestra alimentación por su aporte de grasas, calorías y colesterol, sin embargo, puede ofrecer grandes beneficios a nuestro organismo así como a nuestra dieta.

 

Falsos mitos sobre los huevos

La creencia de que los huevos engordan o pueden aumentar las grasas malas, sobre todo colesterol a nuestros organismos, son las principales razones por las cuales no solemos consumir libremente este ingrediente.
No obstante, se trata de falsos mitos que nos impiden disfrutar de este importante alimento, ya que el huevo no es culpable del colesterol alto en nuestro cuerpo y apenas influye en sus niveles, pues la mayor parte del colesterol deriva de la síntesis interna que resulta estimulada sobre todo, por la ingesta de grasas de mala calidad.
Por otro lado, sólo un pequeño porcentaje del colesterol que consumimos se absorbe, lo cual indica que el huevo difícilmente pueda producir un exceso de colesterol en nuestro cuerpo si lo incluimos en el marco de un estilo de vida adecuado.
De igual forma, la creencia de que el huevo engorda porque resulta muy energético queda desmentida si pensamos que un huevo aporta alrededor de 100 calorías y valiosos nutrientes que el organismo necesita, por lo que difícilmente su consumo diario pueda conducir a un aumento de peso.

 

10 razones para añadir huevos a tu dieta

Además de ponerle fin a los falsos mitos acerca del huevo, podemos dar 10 buenas razones para usar este alimento como ingrediente a nuestras dietas:
  • Ofrece proteínas de calidad para el organismo, y un sólo huevo contiene un 5% de la cuota de este nutriente que necesitamos a diario. Además, podemos obtener 100% proteínas si sólo nos interesa añadir este alimento a nuestra dieta al separar la yema y emplear sólo la clara.
  • Constituye una buena fuente de antioxidantes para el organismo, ya que ofrece vitamina E, carotenos, selenio y vitamina A que luchan contra el estrés que los radicales libres del oxígeno producen en nuestro cuerpo.
  • Provee minerales importantes como potasio, magnesio, sodio y calcio, que cuidan del funcionamiento del sistema nervioso y muscular así como sostienen el equilibrio de electrolitos en el organismo.
  • Es fuente de valiosas vitaminas tales como las vitaminas del complejo B, entre las que destaca el ácido fólico y la vitamina B12, imprescindibles para prevenir anemias nutricionales; y la vitamina D necesaria para cuidar de huesos, dientes y músculos.
  • Resulta ideal para deportistas por su contenido proteico, sus minerales y vitaminas así como por su versatilildad y practicidad al momento de consumirlo sólo o como parte de otros platos. Ayuda a mantener e incrementar masa muscular y a reponer las pérdidas de electrolitos después de sudar durante el ejercicio.
  • Brinda saciedad a nuestro estomago y contribuye a controlar el apetito así como las cantidades de alimentos ingeridas tras su consumo, por lo que también es un buen alimento para mantener el peso corporal.
  • Ayuda a perder peso, según se ha probado en un estudio, no sólo porque favorece la saciedad, sino también porque contribuye a elevar el gasto metabólico inducido por la dieta y a conservar la masa magra que resulta metabólicamente más activa.
  • Es fuente de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas que contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares y que, en el caso de las últimas, son esenciales para el organismo porque éste no las puede producir.
  • Es un ingredientes muy fácil de usar y de conseguir, ya que con él podemos resolver un plato en pocos segundos, se elabora y está listo para consumir en sólo unos 10 minutos y como si fuera poco, es un alimento muy fácil de conseguir debido a su popularidad y uso extendido.
  • Resulta muy versátil en la cocina ya que se puede añadir a platos salados o dulces, fríos o calientes, en su formato crudo, cocido, batido o muchas otras opciones que nos ayudan a dar variedad a la dieta y la cocina.

Como puedes ver, tenemos 10 importantes razones para añadir huevos como ingredientes de nuestras dietas y ya no tenemos que porqué limitar su empleo en la cocina, pues lejos de perjudicarnos el consumo de huevo cada día puede ofrecer grandes beneficios.

HIERRO EN LA DIETA

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Como añadir hierro a tu dieta

Para proteger al cuerpo de diferentes enfermedades nuestra alimentación debe ofrecer una variedad de nutrientes en cantidades adecuadas. Uno de los micronutrientes más conocidos e importantes es el hierro.

 

La importancia del hierro en tu organismo

El hierro es un micronutriente que juega un papel esencial en muchos procesos y funciones que se llevan a cambo en nuestro organismo y que por ello, se requiere a diario en nuestra dieta.
Las mujeres en edad fértil necesitan 18 mg diarios, mientras que los hombres requieren en promedio unos 8 mg por día de este mineral que interviene en el almacenamiento y transporte de oxígeno, así como en el metabolismo oxidativo y en el crecimiento celular.
También está implicado en la síntesis de ADN por lo que resulta un clave para prevenir anemias nutricionales.
Una falta de hierro puede originar fatiga, cansancio, disminución de la fuerza muscular y de la memoria o la capacidad de concentración, por lo que asegurarnos que no falte hierro en nuestros platos es indispensable para un organismo vital y saludable.
Además, tanto un exceso como un déficit de hierro puede afectar el sistema inmunológico y reducir las defensas del organismo volviéndonos más vulnerables a enfermar por infecciones u otras causas.
Por todas estas razones, es importante cuidar la ingesta de hierro y garantizar que este mineral no falte en nuestros platos.

 

Las mejores fuentes de hierro

Para añadir hierro a nuestra dieta contamos con diferentes fuentes alimentarias, ya que este micronutriente se encuentra tanto en alimentos de origen animal como en aquellos de origen vegetal.
La diferencia radica en que los alimentos vegetales contienen hierro no HEM, que se absorbe mucho menos que el hierro HEM o hemínico que encontramos en las carnes de todo tipo, y que además, resulta muy influenciado por factores facilitadores o inhibidores de la absorción de este mineral.
Mientras que la carne de vaca, ternera, pescados o aves se absorben eficientemente y no son afectados por otros factores, el hierro de vegetales, legumbres y cereales es fuertemente condicionado por algunos factores tales como la presencia de fibra y fitatos, oxalatos, compuestos alcalinos o fenoles que son los llamados antinutrientes y reducen el aprovechamiento de hierro en nuestro cuerpo.
De igual forma, hay algunos factores que favorecen la absorción del hierro no HEM, como es la presencia de vitamina C, los ácidos orgánicos de frutas y verduras y los tejidos animales como las carnes de diferentes tipo.
Teniendo en cuenta esto, debemos saber que las mejores fuentes de hierro son:
  • Carnes en general, sobre todo hígado y carnes rojas. Las carnes tienen alrededor de 3 mg de hierro por cada 100 gramos y el hígado de diferentes animales contiene en promedio 7 mg de hierro por cada 100 gramos.
  • Almejas y berberechos que tienen en promedio unos 14 mg de hierro por cada 100 gramos.
  • Huevo y yema de huevo. Mientras que el primero tiene 2,2 mg de hierro la yema contiene cerca de 7 mg por cada 100 gramos del mineral.
  • Legumbres secas que en promedio contienen 7 mg de hierro por cada 100 gramos.
  • Orejones de melocotón, que concentran en 100 gramos 7 mg del mineral.
  • Frutos secos que aportan entre 2,5 y 7 mg de hierro por cada 100 gramos, siendo los ejemplares que más concentran de este mineral el piñón, el pistacho y las almendras.
  • Germen de trigo que ofrece poco más de 8 mg de hierro por cada 100 gramos.
  • Cereales integrales como el trigo o la avena que pueden aportar hasta 5 mg de hierro por cada 100 gramos.
  • Semillas en general que pese a tener hierro no HEM y ser fuente de fibra y fitatos que pueden reducir la absorción del mineral, aportan un promedio de 6 mg de hierro por cada 100 gramos.
  • Vegetales verdes que aportan entre 1 mg y 3 mg por cada 100 gramos pero que consumidos en grandes cantidades pueden añadir este mineral a la dieta. Los ejemplares con más hierro son la acelga, la espinaca, los guisantes y coles.
Estas son las mejores fuentes de hierro HEM y no HEM que podemos introducir en nuestros platos para garantizar la presencia de este mineral en la dieta habitual.

 

Cómo aprovechar al máximo el hierro de los vegetales

Como deciamos, no hay inconvenientes en la absorción del hierro de las carnes o vísceras en general, pero sí puede reducirse notablemente el aprovechamiento del hierro de los alimentos de origen vegetal, por ello algunos trucos para que esto no suceda y que podemos emplear en la cocina son:
  • Beber zumo de naranja para acompañar un plato rico en hierro vegetal derivado de legumbres, verduras o cereales integrales.
  • Combinar perejil, pimiento rojo o tomate con legumbres al cocinar o condimentar nuestros platos.
  • Condimentar con zumo de limón las ensaladas de verdes u otras que incluyan semillas y frutos secos.
  • Combinar carnes con alimentos de origen vegetal ricos en hierro, ya que los tejidos animales favorecen el aprovechamiento del mineral no hemínico.
  • Evitar el consumo de té, café o chocolate junto a comidas con hierro de origen vegetal ya que contienen compuestos fenólicos y oxalatos que reducen su absorción.
Teniendo en cuenta estos consejos y las mejores fuentes de hierro, puedes añadir este mineral a tus platos y proteger la salud de tu organismo con una dieta suficiente en este micronutriente tan importante para tu dieta.